A nada que has jugado de niño al fútbol o ya más mayorcito, habrás tenido que tirar un penalti con los amigos ahí mirando y siempre hay alguno que te comenta: lánzalo a lo Panenka. Creo que no hay lugar en España ni en el mundo que no se haga este comentario.
Por supuesto todo sabemos a lo que se refiere. Se trata de un lanzamiento de penalti al centro de la portería, se le pega al balón por abajo y este se eleva lentamente y cae blando. Si consigues engañar al portero y este se tira, el balón entra y el portero sufre una especie de humillación que le puede dejar tocado para el resto de partido o de penaltis. Por lo tanto el componente psicológico del gol es muy importante.
Para retomar los orígenes de esta forma peculiar de lanzar un penalti tenemos que remontarnos a la Eurocopa de 1976. Alemania eliminó a España en cuartos, luego remonto contra la anfitriona Yugoslavia, en semifinales, un 0-2 y ganó en la prórroga. De esta manera Alemania se planto en la final con unos jugones de la época: Beckenbauer, Dieter Müller, Maier, Vogts, Hoeness, etc...
Por otro lado, su rival en la final sería Checoslovaquia, dando la sorpresa en la semifinal ante la Holanda de Cruyff el cual quería vengarse de Alemania por la derrota sufrida en la final del anterior Mundial.
Checoslovaquia sorprendentemente tenía el partido controlado 2-1 hasta que en el minuto 90 mete un gol Hölzenbein que pone la tablas en el marcador. Los alemanes dominan el fútbol mundial y todos piensan en su victoria, como siempre, pero la prorroga termina sin goles y tiene que ir a la tanda de penaltis por primera vez en una final de naciones.
Checoslovaquia cumple y mete sus primeros 4 lanzamientos, pero Alemania por su parte mete los 3 primeros y el cuarto lo manda a las nubes Hoeness. Si Checoslovaquia mete en el quinto gol se proclamará campeona de Europa de Naciones.
Aquí es cuando entra en escena nuestro protagonista: Antonín Panenka. Un interior con buena visión de juego, buen toque, no muy rápido, un jugador más que ni fu ni fa. En la portería alemana se encuentra Maier, el mejor portero del mundo del momento. Panenka coge distancia ante el balón e inicia la carrera fuerte en lo que parece que va a ser un disparo a portería con mucha potencia, pero no! la toca suave y al centro, con una pequeña elevación del balón. Maier se lanza al palo izquierdo de la portería contemplando como el balón pasa lentamente volando a su derecha y como el título se esfuma en beneficio de Checoslovaquia.
Hoy en día hay futbolistas que hacen el famoso lanzamiento, lo han perfeccionado, algunos la cagan y son ellos los que quedan en ridículo cuando el portero se queda estático y la coge con las manos. Pero si te juegas una final ante Alemania con un penalti y nunca lo han hecho, pensaría Panenka, debe funcionar!!
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