El día que el Bernabéu aplaudió a un jugador del Barça

Quizás alguien sepa de un precedente, puede ser, pero yo hasta ese día no había visto algo igual. Se trataba de un partido de liga el 17 de noviembre de 2005 entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu.

El F.C. Barcelona era un equipo que estaba creciendo desde la temporada anterior hasta ahora de la mano del holandes Frank Rijkaard. En sus filas había jugadores muy buenos, consagrados y por consagrar tales como Samuel Eto´o, Xavi, Thiago Motta, Mark Van Bommel, Deco, Victor Valdes de portero, hasta un jovencisimo Lionel Messi que venía fuerte e hizo un partidazo pero creo que ese año se lesionó más adelante. 

Entre todos esos jugadores brillantes había uno que destacaba sobremanera: Ronaldinho. Era un jugador diferente, poseía todas las cualidades que desea un futbolista, es decir, visión de juego, precisión en el pase, regates de todos los colores, velocidad, desbordamiento, solidaridad, etc... además de un plus de alegría en su juego que poca veces se ve en el fútbol profesional. Si, el tío jugaba siempre con una sonrisa en la cara, con unos piños (dientes) más feos que he visto en mi vida, pero feliz como un perdiz se movía por el campo de juego.

Realmente era un espectáculo verlo porque además todas sus filigranas sumaban al equipo, es decir, no era sólo lucimiento personal sino que servían al fin del juego que es atacar al rival en su forma ofensiva. Así que llegado el día 17 de noviembre de 2005, Ronaldinho hizo lo que venía haciendo desde que fichara por el F.C. Barcelona... divertirse con el Real Madrid.

Ese día el Barcelona ganó al Real Madrid 0-3, con dos goles de Ronaldinho y un control del juego por parte del Barcelona que mostró a un Real Madrid impotente y perdido. Por contra el Barcelona se creció a partir de aquel día y se mostró como el equipo más solido de España y de Europa aquella misma temporada (Ganaron la Liga y la Champions League)

Los dos golazos de Ronaldiho ese día fueron muy similares, dos arrancadas desde la izquierda, cambiando de ritmo en el momento justo dejando rivales (un jovencísimo Sergio Ramos y Helguera) por el camino y plantándose ante Casillas para fusilarlo. Pero fue en su segundo gol, el que establecía el 0-3 cuando el Bernabéu, un público sabio donde los haya, se levantó entre un ensordecedor aplauso de reconocimiento al astro brasileño.

La afición madridista dejó atrás la eterna rivalidad hacia el Barcelona y tuvo que quitarse el sombrero ante lo que estaban presenciando. Porque por encima de rivalidades esta el reconocimiento al buen fútbol, al juego bonito, a un jugador que se disfruta aunque no juegue en tu equipo.

Fue una pena que dos años después de ese partido Ronaldinho optara por un camino distinto dejando el fútbol en un segundo plano por la fiesta nocturna. No lo digo como reprimenda, cada uno hace con su vida lo que quiere, lo digo por pena de verdad porque no todos los días se ve un jugador así.

Epílogo:

Cinco años después de aquel partido donde aplaudieron a Ronaldihno, este volvió al Bernabéu con el Milan en un partido de Champions League. Volvió el jugador a mostrar un espectáculo pero esta vez lamentable, incapaz de llegar a los balones que le mandaban, los regates de patio de colegio que le sacaban los defensas y sobretodo esa alegría en el juego desaparecida, hizo que esta vez el Bernabéu le despidiera entre pitidos y abucheos.

Ronaldihno fue como esas bombillas que brillan a mucha intensidad en casa y estas muy feliz porque te dan mucha luz, pero al cabo de poco tiempo se funde y ya no va nada.

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