El Maracanazo

Después de la Segunda Guerra Mundial, el primer Mundial de Fútbol se jugó en Brasil, que se lo tomó en serio. Levantó un impresionante estadio, Maracaná. Al mismo tiempo también preparó un impresionante equipo que para llegar a la final lo hizo con contundencia en el juego y con goleadas.

El título no se resolvía en una final a un partido como ahora, sino que se decidía en una liguilla entre los cuatro finalistas (entre esos cuatro estaba España, que fue cuarta). En el último partido estaba Brasil con dos victorias en dicha liguilla y Uruguay con una victoria y un empate. Por lo tanto Brasil era campeón si ganaba o incluso si empataba y a Uruguay solo le valía la victoria si quería ser Campeona del Mundo.

Brasil partía como favorita y los periódicos nacionales brasileños estaban eufóricos con su equipo de fútbol, no tenían duda sobre su victoria final. Pero Uruguay defendía una leyenda de invencibilidad. Había gana el campeonato olímpico en 1924 y 1928, y el Mundial de 1930. A los que 1934 y 1938 no había acudido, en respuesta despechada a la asuencia de muchos equipos europeos a aquel primer Mundial de 1930, que organizó la misma Uruguay.

El vestuario de Uruguay estaba intimidado ante la afición brasileño y los medios de comunicación brasileños, ellos mismos veían al equipo brasileño como algo fuera de su alcance. Hasta a que se levantó un jugador, Obdulio Varela, el Negro Jefe, y les arengó:

"Compañeros... hay doscientos mil gritando allá arriba, pero son de palo. Abajo solo hay once, como nosotros. No miren arriba ni a los lados, miren solo al frente!!". Y salieron a jugar: Máspoli, Matías González, Tejera, Gambetta, Obdulio Varela, Rodríguez Andrade, Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán.

En el primer tiempo los uruguayos aguantaron bien y quedo 0-0. Pero a los brasileños ese resultado le valía. No obstante eran muy orgullosos y entre ellos llegaron a la conclusión de que debían ganar y no solo ganar, sino golear.

En la segunda parte los brasileños salieron a morir! de tal forma que a los dos minutos: gol de Brasil, el estruendo del público en la celebración era terrorífico. Ahí fue cuando el Negro Jefe cogió el balón bajo el brazo y fue despacio al linier, después al árbitro, a reclamarle algo con gestos. La curiosidad enfrió el ambiente, consiguiendo su objetivo el Negro Jefe se dirigió a su equipo y les dijo. "Ya los hemos calmado ahora vamos a ganarles".

Se reanuda el juego y Brasil, anticipando el titulo, empieza a mamonear con el balón. Uruguay por otro lado juega serio, Ghiggia gana todas en su banda, donde hace un lío a Bigode. En una de sus escapadas, centro atrás y gol de Schiaffino. Era el minuto 65. Brasil trata de retomar el hilo de su mejor juego, pero no le sale. En el minuto 83, la misma jugada calcada, Ghiggia que se va cuando el meta Barbosa espera el centro atrás, escoge tirar raso y duro al primer palo.

Gol..........que coño gol.... GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!!!



Maracaná queda silenciado ("solo Sinatra, el papa Juan XXIII y yo hemos hecho callar a Maracaná" bromea jocosamente Ghiggia desde entonces). El partido acaba 1-2, Uruguay es por segunda vez Campeona del Mundo de Fútbol.

Jules Rimet baja al césped y la da la copa a Obdulio Varela, el gran capitán, que apenas consiguen sacarlo de la masa de gente que hay felicitandole. Flávio Costa, el seleccionador, no pudo salir del campo en dos días porque lo querían literalmente matar, y pasado esos dos días decidió salir vestido de mujer para que no le reconocieran. Barbosa, el portero, quedó maldito para los brasileños. En 1993 intentó visitar a la selección de Brasil en su lugar de concentración y no le dejaron entrar por gafe. 

"La pena máxima en Brasil es de 30 años, y yo llevo 43 pagando por un crimen que no cometí". Se quejaba así el exguardamente brasileño cuando no le dejaron visitar a su selección. La vida fue dura con él. Hasta el final de sus días trabajó como cuidador del campo de Maracaná.

Como curiosidad también hay que decir que el estadio de Maracaná no tenía pintada el color de la fachada, y pensaron que pintarían el color del campeón del mundo en homenaje. Como estaban seguros de que ganaría Brasil no tendrían problemas en poner sus colores, pero lo cierto es que tuvieron que pintarla de color celeste (la camiseta de Uruguay) y así se ha quedado.

Nombres curiosos de jugadores de fútbol

Quería comenzar este post con un nombre que recuerdo en un mundial, que ya no se si lo he soñado porque no he encontrado referencias en internet, y eso es difícil. Tampoco recuerdo que mundial, creo que fue el de Alemania 2006 que ganó Italia con el cabezazo de Zindane a Matterazzi.

Sólo recuerdo que fue un sustituto y que era negro, lo más seguro que de un país africano. En ese momento salio un jugador que su camiseta decía llamarse.... PING PONG. Se que es una tontería pero yo no podía parar de reirme... pensaba..."como meta un gol y diga el comentarista: gol de Ping Pong me parto el culo".

Desgraciadamente no he encontrado ninguna foto de este jugador y ni siquiera ninguna referencia de su existencia. Comienzo a pensar que me lo he inventado y de tanto recordarlo me he creido que existe, no lo se la verdad.

Otro nombre que me impactó es del ecuatoriano Michael Jackson Quiñónez. Al parecer Michael Jackson el futbolista nació en 1984 cuando el Rey del Pop era el tío más famoso del planeta. Sus padres, fans incondicionales del artista, le pusieron el mismo nombre incluyendo el apellido, Michael Jackson, a su propio hijo.

Luego están esos nombres que a cualquiera les llama la atención, aunque alguno se las den de progres o políticamente correctos siempre, como es el caso del rumano jugador del Sttutgart: Ciprian Marica. Cuando hemos escuchado al comentarista del encuentro decir "Marica pasa la bola" a más de uno se nos ha escapado una leve sonrisa y no por eso somos homófobos!.

Pero el oído humano se acostumbra a todo así pues nombres como Poyatos, Penev, Putterill, Elano, Kaká, Diarra, Nicolita, Pinga, Metersacker... empiezan por ser graciosos hasta que un día ya no le encuentras el doble sentido ni la gracia por ningún lado. Salvo excepciones como puede ser el desgraciadamente llamado Simone Vergassola. Este pobre hombre siempre hace gracia cuando nombran su nombre completo, aunque ha jugado en equipos italianos de renombre, nunca ha sido internacionalmente conocido, pero hubiera sido la pera escuchar "Gooool , gooool de Vergassolaaaaa!!!".

Luego hay un jugador de Guinea que deberían ficharlo algún equipo de primera división español solo por la pasta que daría su camiseta con su dorsal y nombre, el tipo en cuestión se llama: Karamoco Cissé. Yo al menos me pillaría una camiseta porque un tío que tuviera cojones a ponerse ese nombre detrás de su camiseta en la liga española merece todos mis respetos.


                                       Michael Jackson Cisse          Simone Vergassola              Ciprian Marica         
También existe un entrenador de fútbol que le llaman por su apellido Gay, y tampoco quiero olvidarme fuera del mundo del fútbol dos deportistas también con nombres muy llamativos, me refiero a las atletas Anasthasia Perra de Grecia y Patricia Mamona de Portugal.

Di Stefano, Superbalón de Oro

Sabemos que el día 18 de 1956 se creó el Balón de Oro. El primero lo ganó el extremo inglés Stanley Matthews, como ya contamos en otra historia del longevo fútbolista por sólo 3 puntos más que Di Stefano.

Alfredo Di Stefano ganó la segunda edición, al compás que su segundo título consecutivo en la Copa de Europa con 72 puntos por 19 de Wright y 16 de Kopa y Edwards.

Alfredo ganaría un segundo balón de oro, en la cuarta edición, por delante de Kopa y el galés John Charles. Ya no volvería a ganarlo más. El quinto sería para el español Luis Suárez, el único español en conseguirlo, por entonces en el Barcelona y pronto se iría a triunfar con el Inter.

En ediciones sucesivas llegaron a ganar 3 balones de oro Cruiff, Plantini y Van Basten. Con el tiempo la gente y los directores de la revista Football France no podían entender como Alfredo Di Stefano, un hombre que había sido clave en la transformación del fútbol y la consecución de 5 Copas de Europa seguidas con el Real Madrid, solo tenía 2 Balones de Oro.

Se tuvo en cuenta que al principio estos premios individuales se daban con otros criterios. Por ejemplo el primero se lo dieron al cuarentón Stanley Matthews por su trayectoria y ejemplo de esfuerzo y sacrificio. También es cierto que no querían dar el premio a una misma persona de forma consecutiva o darle muchos a una misma persona. Esto último más adelante se cambio por ser un criterio injusto.

Así pues en 1989, al tiempo que se le concedía por segunda vez el Balón de Oro a Van Basten, se le hizo entrega a Alfredo Di Stefano el Superbalón de Oro por ganar una votación que trataba de determinar quién había sido el mejor entre todos los ganadores hasta la fecha. Era, así, su tercero, solo que este con más valor que cualquier otro, lo que reponía la injusticia cometida años atrás.

A Di Stéfano este reconocimiento aplazado de France Football le sirvió para que el Real Madrid, que le tenía entonces un tanto olvidado, le recuperase. Ramón Mendoza, presidente de la época, decidió hacerle consejero de presidencia y otorgarle un sueldo. Años más adelante cuando llegó Florentino Pérez al cargo, fue más allá y le nombró presidente de honor del club.

Alfredo Di Stéfano murio el 7 de julio de 2014 siendo el único Superbalón de Oro de la historia del fútbol a los 88 años de edad.


El Minuto del Siglo en una final de Champions

La final de Champions League entre el Manchester United y el Bayern de Munich de 1999 fue sin duda una de las finales más épicas de toda la historia de esta competición. Ni Steven Spielverg hubiera hecho mejor guión que el improvisado aquella tarde - noche.

Los equipos españoles cayeron pronto, el Barcelona por su parte no paso de la fase de grupos puesto que tenía en su mismo lote al Manchester y al Bayern, el Athletic cayó también en su fase de grupos y el Real Madrid por su parte fue eliminado por el Dinamo de Kiev con un gran Shevchenko. El Real Madrid llegaba como defensor del título conseguido en 1998 que le suponía la séptima Champions League con aquel gol mítico de Pedja Mijatovic.

El Manchester se plantó en aquella final con un Beckham como la gran estrella emergente y Ryan Giggs estaba en su plenitud. Por otro lado el Bayern de Múnich tenia como jugadores destacados al meta Oliver Kahn, Matthaüs y sobretodo a Effenberg, el coloso del equipo.

El partido se juega en el Camp Nou, que luce espléndido, con millares de hinchas de los dos equipos. El Manchester sale de rojo y el Bayern de gris, con mangas granates. Una final con tronío y tradición.

El partido es condicionado por el rápido gol del Bayern, que en el minuto 6 marca de un tiro libre por medio de Basler. El tiro no parece ser para tanto, pero coge despistado a Schmeichel, el meta danés de gran prestigio internacional, que juega ese día su útimo partido con los reds.

El Bayern se conforma con ese gol y empieza a especular con el balón, se echa atrás, temporaliza, jugando con el reloj a favor. El Manchester no encuentra espacios y le parece que el tiempo pasa rapidísimo con el juego lento del Bayern y sus perdidas de tiempo. Avanza el segundo tiempo y todo continua igual, Beckham lo intenta con sus precisos pases y Giggs lucha como un león pero nada.

El entrenador del Manchester tiene que jugársela, Sir Alex Ferguson da entrada a Sheringham en el 67 y Solskjaer en el 81, jugadores con buen remate, a ver lo que pasa!

Llega el minuto 90, el carismático árbitro Collina mira el reloj, el cartelón muestra a penas tres minutos de descuento, en el banquillo del Bayern ya se están abrazando, los hinchas del Bayern cantan y se abrazan también, todo parece llegar a su fin en beneficio del Bayern de Munich, los aficionados ingleses callan.

De repente un tiro de Giggs fuerte desde lejos y antes de que llegué a portería donde estaba Kahn, Sherigham la caza y la desvía al fondo de la red, Gol!!!!. Es el minuto 91 y todos pensamos en la prórroga porque solo falta un minuto para el final y no hay tiempo para más, o eso pensábamos. Porque cuando el Bayern saca de centro la pierde y el Manchester hace una jugada que acaba en córner. Sheringham remata de cabeza el saque de esquina de Beckham, esta vez la desvía Solskjaer que marca el segundo Gooool!!! 2-1.

Ahora si que no hay tiempo ni para sacar de centro. El Manchester United gana la Champions League en un minuto final impresionante, "ha sido el minuto del siglo" dirá Valdano. Han marcando los dos suplentes salidos a última hora y el Bayern no da crédito ni sus jugadores, ni los hinchas, ni el cuerpo técnico, ni nadie.

La imagen del negro del Bayern en el suelo llorando justo cuando mete el segundo el Manchester, mientras el árbitro intenta consolarlo y levantarlo sin mucho éxito, la tengo grabada en la cabeza. Al igual que la de Cañizares llorando con la mirada perdida por todo el campo cuando perdió aquella final de Champions con el Bayern.

¿Quién era Pichichi?

Hoy en día en la liga española o la Liga BBVA, la mejor liga del mundo, al jugador que más goles ha metido se le da el premio Pichichi. Pero... ¿quien diablos era Pichichi?

Rafael Moreno Aranzadi, para el mundo del fútbol conocido como "Pichichi", era un bilbaíno nacido el 23 de mayo de 1892 en una familia vasca importante. Tanto, que su padre llegó a ser alcalde de la ciudad. Su padre, un gran señor de la época, hubiera querido que su hijo estudiara una carrera y fuera un hombre respetado, ya que en aquella época ser fútbolista no es como ahora.

Pero lo cierto es que Rafael Moreno no era un lince en los estudios y su padre no paraba de decirle que no servía para nada, pero la verdad es que si servía para algo: para el fútbol. Aquel extraño deporte apareció en Bilbao justo cuando Rafael Moreno tenía edad de corretear por las calles y dar patadas al esférico.


Por lo tanto llegó a ser jugador del Athletic, popular y famoso, en la primera década del siglo XX, cuando el fútbol empezaba a ser poco a poco una pasión naciente en la ciudad y en España. La gente que iba a verlo jugar lo llamaron "Pichichi" por su extrema delgadez.

En 1913 cuando se estreno el viejo San Mames, sería él quien marcaría el primer gol (aunque otros autores se lo adjudican a Zauzo), y en 1915 marca tres goles en la final de la Copa.

Tuvo un noviazgo de esos del tomate con una chica de una de las familias notables de Bibao, los Merodio. La boda es un acontecimiento social en la ciudad. Ya en 1920 acude a Amberes con la primera selección española que se forma, en la que es titular indiscutible. Con el tiempo baja el rendimiento y el público de San Mames ya no le respeta como antes, por lo tanto decide hacerse árbitro, porque Rafael Moreno no quiere desvincularse de su pasión: el fútbol.

Desgracidamente en 1922 una epidemia de tifus ataca Bilbao llevandose por delante a muchas personas incluido a Pichichi. Todos los que le repudiaron al final de sus días se arrepienten, crean un busto en San Mamés como homenaje, ante el que aún es costumbre que ofrezcan flores todos los equipos que visitan por primera vez aquel sagrado recinto. Yo recuerdo el Shalcke 04 con Raúl Gonzalez Blanco subiendo a hacer la ofrenda floral, al principio no sabía a que se debía ese tributo, luego me enteré que era la primera vez que el Shalcke 04 visitaba San Mamés.

Pero el mayor impulso a su popularidad se lo dará el periodista Lucio del Álamo, que había sido admirador suyo en la infancia. Cuando fue director del periódico deportivo Marca estableció unos premios en distintas categorías para los mejores de la liga.

De ellos solo han subsistido dos, los que atenían a criterios objetivos. El premio Zamora, al portero menos goleado, y el premio Pichichi, nombre que eligió para el máximo goleador, llevado posiblemente por la nostalgia de sus tiempos de joven admirador del increible jugador bilbaíno.

Pichichi fue un gran jugador, ingenioso y hábil, al que hizo más popular un cierto halo romántico que destiló su vida y de su muerte prematura. Marcaba bastantes goles, pero no era estrictamente un "máximo goleador". Sin embargo, su nombre ha quedado asociado a esa suerte suprema.

El Gol de Oro

En 1996 la FIFA estaba un poco harta de las prórrogas y las tandas de penaltis, y tuvo la "genial" idea de que si uno de los equipos marcaba un gol en la prórroga se acabaría el partido con la victoria del que marcara ese gol. A este gol se le denominó "El Gol de Oro".

Ese año se jugaba la Eurocopa en Inglaterra, algunos recordarán el paso de España. Era la época de Clemente seleccionador y no había muy buenas relaciones con la prensa, pero España llevaba un buen equipo, casi todos campeones olímpicos en 1992: Kiko Narvaez, Zubizarreta, Hierro, Nadal, Salinas, Sergi, Abelardo, Caminero, Alkorta, Pizzi, Amavisca, Ferrer, etc...

Empatamos contra Bulgaría y Francia, pero el tercero lo ganamos contra Rumanía. Así nos plantamos ante la anfitriona Inglaterra. Les dimos un repaso de fútbol, hasta metimos un gol legal que nos anuló el árbitro y en la prórroga también tuvimos ocasiones sobradas de ganar... de haber metido un gol se aplicaba el "gol de oro".

Pero lo cierto es que el marcador se quedó 0-0 y tuvimos que ir a la tanda de penaltis. Hierro estrelló el primero en el larguero, a Nadal (el tío de Rafael Nadal) le pararon el cuarto y los ingleses no tuvieron necesidad de tirar el quinto. Nos volvimos en cuartos con un amargo sabor de boca, siempre cuartos! por aquel entonces.

Pero la vida seguía y la Copa también. A pesar de que las seminifinales también tuvieron prórroga, nadie metió el dichoso "gol de oro", y se pasaba siempre en las tandas de penaltis y así llegaron a la final Alemania y Checoslovaquia

Aquella final fue precedida de un hecho curioso. Unos de los jugadores checoslovacos, poco optimista por lo que se ve, había fijado su boda para dos días antes de la final, pensando que no conseguirían disputarla. Llegado el momento, aún estaban en competición. El seleccionador le dio permiso para faltar unas horas. Voló a Praga, se casó y volvió a la concentración. Empezó el partido como suplente y solo ingresaría en el minuto 86, ya de cara a la prórroga.

Fue un partido movido e intenso, entre una Checoslovaquia en la lucían Nedved (que llegaría a ser Balón de Oro) y Poborsky, gran extremo, y una Alemania de entreguerras, entrenada por Vogts, que no tenía jugadores tan notables como en épocas anteriores, los más destacados Sammer, Hässler y Klinsmann.

En la segunda mitad se adelantó Checoslovaquia de penalti. Entonces ingresa un suplente, Bierhoff, un animal a quien se le acusaba de haber sido seleccionado por la amistad de Vogts con su padre.

Pero Bierhoff iba a callar muchas bocas esa noche de verano. Primero empatando el partido con un gol de cabeza en un saque de falta que les mandaría a la prórroga. Luego, en el minuto 4 de la prórroga, el mismo Bierhoff, el enchufao, se hizo con un balón en el área rival, se revolvió y tiró a la media vuelta; el balón pegó en el defensa Hornak y envenenó su trayectoria. Gol !!!

Se acababa de estrenar el gol de oro, Alemania era campeona de Europa con ese gol de oro que cerraba la prórroga y el partido. Bierhoff entró en la historia del fútbol con ese gol puesto que fue el primer "gol de oro" y el último. La experiencia no gustó tanto como en un principio se había pensado y pronto se decidió regresar a la prórroga completa y la tanda de penaltis, para júbilo de los espectadores y de las televisiones, a las que esa solución da enormes audiencias televisivas.

Patada de Karate de Eric Cantona

Éric Cantona, conocido por multitud de apodos como: Éric el Rojo, Loco Cantona, Rey Éric, etc... todos estos apodos eran los que le pusieron en el Manchester United al gran delantero francés, un tipo grande y fuerte, casi con físico de jugador de rugby, pero al tiempo de una calidad buenísima solo comparable a su mala leche en el campo.

Llegó al Manchester procedente del Leeds tras haber dejado en Francia una larga estela de expulsiones, desafíos al seleccionador o a los árbitros y peleas en el campo. En el Auxerre se había liado a puñetazos con un compañero de equipo, Martini. En el Olympique de Marsella había sido sancionado un mes por tirar la camiseta al suelo y el balón al público, y todo porque el entrenador le sustituyó en un partido amistoso. Al seleccionador, Henri Míchel, le insultó en televisión. 

Pero ninguna de estas locuras alcanzó el grado de gravedad que la de aquel día,26 de enero de 1995, en Selhurst Park, el campo del Crystal Palace.

Después de sufrir varias entradas bruscas, Cantona se revuelve y agrede a Richard Shaw. El árbitro, con justicia, le expulsa. Cantona comprende que no hay nada que hacer, aunque proteste, y se marcha, abucheado por el público.

Cuando recorre la banda camino de la salida de los vestuarios, un espectador de la fila diez de la tribuna, llamado Matthew Simon, baja hasta la valla que separa al público del campo y empieza a insultarle, a sabe que barbaridades le diría al malafolla de Cantona.

No sabemos en que estaría pensando Matthew Simon para insultar al bestia de Cantona que venia calentito de la expulsión, lo que si sabemos es la reacción del futbolista. Cantona da un salto increible soltando una patada brutal de karate en la cara del aficionado Matthew Simon. La policía detienen y se llevan al jugador, mientras los servicios médicos atienden al temeario, imprudente y malhablado espectador.


La prensa le da de lo lindo al jugador del Manchester: "Un genio con mentalidad de hombre de las cavernas", "Cuidado, perro peligroso", "Asesino", "Cantona, la vergüenza". Éric no hace declaraciones, lo único que dijo fue que "cuando las gaviotas persiguen al barco pesquero es porque saben que de este van a caer sardinas" dejando entender que siempre se ve rodeado de periodistas porque siempre provoca noticias y estos comen de él.

Como no podía ser menos el Manchester United, Club histórico y señorial, da ejemplo. En vez de defender al jugador lo que hacen es superderle hasta nueva orden, antes incluso de que se reúna el comité de castigos de la Football Association. Cantona pasara 9 meses sin volver a jugar y el Manchester tiene que fichar a Andy Cole para cubrir su puesto, que en la última jornada falla dos goles cantados ante el West Ham. Eso permetiría que el título de liga fuera para el Blackburn, con un solo punto de ventaja sobre el Manchester United.

Esa mala leche le arrastro muchos problemas a Cantona pero contribuyó a darle una popularidad que, una vez abandonado el fútbol, le ha permitido hacerse una carrera en el mundo del cine, frecuentemente en papeles de tipo duro y malote.